Thursday, June 09, 2011

Rol y quehacer psicopedagógico: consideraciones preliminares.

Rol y quehacer profesional: Consideraciones preliminares.

Alvaro Román Román


Hablar de especialista, es hablar de un técnico experto, versado y sabio en alguna materia, el cual posee un nivel elevado de conocimiento que no es facil de cuestionar, es alguien que en el imaginario colectivo, casi tiene la verdad absoluta, de esta forma el discurso, se orienta en un modelo patologizante y psicologizante de los sujetos, que evade sobre la construcción social y democrática del conocimiento. De esta forma, cuando definimos al profesional de la psicopedagogía como un “ser especialista”, dejamos en clara evidencia que dicha producción de conocimiento (epistemología), se basa en un paradigma de dominación positivista, que busca construir un profesional eficiente y productivo, neutral y objetivo, lo que para Bazán (2010), implica sospechar del constructivismo como concepción del conocimiento[1].

En este contexto, cuando aseveramos afirmaciones como esta, se instaura un discurso en la forma de comprender e interpretar la realidad, desde afuera, con una marcada orientación hacia la objetividad (separación del sujeto – objeto), con la creencia sobre la existencia, de un mundo único y regular, en la cual, la construcción del conocimiento se basa en la explicación, predicción y control de los fenómenos, en este caso del “APRENDIZAJE”, desde un criterio de experto. En este modelo de comprensión de la realidad, con fuerte orientación en el paradigma dominante, llamado positiva – empírico – racionalista, se valora el progreso y el orden de las cosas, de esta forma surgen las dificultades de aprendizaje, las necesidades educativas especiales, los déficit, que son cada vez mas, surge la etiqueta, la clasificación, los test estandarizados, los grupos niveles, en fin, la normalización, lo cual en palabras de Illán (2002)[2], seguimos estando ante una educación selectiva, donde se valoran más las capacidades que los procesos; los agrupamientos homogéneos que los heterogéneos; los modelos cerrados, rígidos e inflexibles que los proyectos abiertos, comprensivos y transformadores; la competitividad y el individualismo que la cooperación y el aprendizaje solidario.

En este mismo sentido, Oliver (2003), sostiene que el proceso de normalización, deriva del concepto de norma, entendiendo esta como toda regla que se debe seguir o a las que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades. Asínormalizar es regularizar o poner en orden lo que no lo estaba. Hacer que una cosa sea normal, tipificar, ajustar a un tipo, modelo o norma. En este sentido es desde la norma que la psicopedagogía y la educacion en general ha definido y actuado; desde una maquinaria de etiquetación y categorización de los/as estudiantes, en la medida que ha establecido criterios diagnósticos, conceptualización sobre los tipos y grados de déficit, con una lógica tremendamente instrumental, la cuales, según la autora, responden a una política y a unas finalidades educativas acordes con los momentos evolutivos de la institución, del país y de la sociedad del momento. Es en este marco como la psicopedagogía históricamente ha mutado en sus conceptualizaciones, pasando desde los trastornados, desaprendidos, deficitarios atencionales o impedidos de aprendizaje. De esta forma se ha tratado, desde el modelo dominante, cuantitativo, normalizar el currículo, las evaluaciones, el aprendizaje, no respetando ritmos y estilos cognitivos de aprendizaje y no valorando la subjetividad.

Contrapuesto a esta realidad, según la autora, surge la diversificación, desde una crisis al interior de la sociedad, la cual traspasa también a la escuela y la cual tiene que ver con una resignificación de la diversidad individual, no como un proceso de diferenciación y desemejanza, si no como un proceso que acepta y valora las diferencias, por lo tanto, es en este sentido de educación, centrado en el aprendizaje de todos/as los/as sujetos/as, que según la autora se deben llevar a cabo una redefinición de instrumentos, modalidades, aproximaciones pedagógico, psicopedagógicas y didácticas específicas, orientadas a atender la formación de cada individuo/a en su propia complejidad psicosocial, que indudablemente van a enriquecer las practicas educativas en todos sus procesos: diagnostico, intervención, planificación, seguimiento de casos, prevención y orientación.

En este sentido el concepto de diversificación en el contexto del aprendizaje y de la formación de un profesional del aprendizaje, supone la adopción de una forma de construcción del conocimiento diferente, donde la forma de abordar la realidad, según Bazan (2010), se realiza desde adentro, de las culturas, de las creencias, de las significaciones, valorando la intersubjetividad, comprendiendo que existe un mundo complejo y diverso, donde la pproducción de conocimiento está basada en el desafío de comprender y transformar la acción humana y su cultura. Surge así el paradigma critico.

En este sentido sostiene Bazán (2010), que los desafíos de dicho paradigma, se orientan en:

Articular la racionalidad instrumental con la racionalidad valórica...

Redefinir el conocimiento humano a partir de concepciones más constructivistas...

Aspirar a cambios más participativos y emancipadores...

Reconocer y potenciar la diversidad y el pluralismo..

De esta forma sostiene el autor, que ser profesional, significa:

- Estar dispuesto a construir conocimiento desde la propia práctica profesional.

- Privilegiar la emancipación y la transformación social.

- Valorar la subjetividad y el compromiso social.

- Propiciar la Investigación-Acción de corte más hermenéutica.

- Reconocer en el constructivismo una adecuada concepción del conocimiento.

Finalmente, a modo personal, creo fielmente que los/as psicopedagogos/as debemos reflexionar mas sobre lo que significa ser psicopedagogo/a hoy día, cuando existe una cultura globalizada, cuando estamos frente a una educación mercantil, cuyo sistema político y económico neoliberal nos domina y combate con el consumismo y la falsa conciencia de presumirnos expertos y sabios, siendo que en ya algunas décadas no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo ni siquiera en la formación de la profesión, que mas aun será, en lo que respecta a la especialización en algunas areas del aprendizaje.

Por mi parte me siento mas cercano a ser un constructor y actor social, que posee herramientas de análisis, comprensión y actuación y que día a día se educa con el otro/a.



[2] Illán Romeu, N. (2002, mayo). La atención a la diversidad: el estado de la cuestión.. Educar en el 2000, pp. 28.

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