Thursday, November 22, 2007

LA PSICOPEDAGOGIA: ANTE LA CRUDA REALIDAD Y EL PROCESO DE TRANSFORMACION.

Dos ideas fundamentales sobre el desarrollo de la disciplina psicopedagógica sustentan este artículo.

Lo que hoy y de manera urgente necesita la psicopedagogía, para su desarrollo en nuestro contexto, debe basarse, a mi parecer, en dos planos de acción.

En primer lugar lo político-social y por último la búsqueda concreta de su epistemología o eje teórico; frentes de construcción y desafíos, que de no enfocar la psicopedagogía va hacia un abismo sumamente peligroso para su continuidad como una disciplina que “supuestamente” esta buscando un techo de reconocimiento y aporte en las ciencias sociales.

Como todos sabemos, existen limitaciones político-sociales
[1], para la psicopedagogía, así como también, epistemológicas que impiden el actuar y el pensar, por ende, lograr el desarrollo.

En base a lo anteriormente expuesto, hablamos de desarrollo para la psicopedagogía, la construcción del piso epistemológico, que todo el mundo habla y que muy pocos comprenden; discusión y estudio que por ningún motivo podría acabar en simples reflexiones, acerca del tema, ni ser abordado en este ensayo, no obstante realizaremos algunas apreciaciones al respecto, mas adelante.

En segundo lugar y en estrecha relación con lo mencionado anteriormente, está la construcción y visión, social, política y gremial que necesita la psicopedagogía para plantar las bases legales y la búsqueda del bien común de su accionar, cuyo reconocimiento y ejercicio se debe dar en todos los frentes donde ésta desarrolla su actuar, léase, contexto educativo formal y no formal (trabajo en colegios, actividad comunitaria, trabajo en salud mental, trabajo con adultos, actividad particular, centros de diagnósticos).

En cuanto al vació epistemológico de la psicopedagogía, estamos hablando a mi parecer, de la falta de paradigmas
[2] psicopedagógicos, los cuales según el autor citado, son realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica. Modelos que la psicopedagogía no ha construido y que al parecer no hay interés de edificar, por lo tanto, los paradigmas en que se ha basado y sigue basándose actualmente, la disciplina psicopedagógica, son los provenientes de la ciencia psicológica, los cuales por cierto son de gran utilidad y de dificultosa liberación para la psicopedagogía, no obstante su uso extremo, hace aun mas compleja la liberación de la psicopedagogía y su desarrollo, no pudiendo ni siquiera ésta implantar un definición que sea realmente válida ya que, si bien es cierto, son utilizadas y consideradas, tanto por la comunidad académica y psicopedagógica, claramente cargan con un sesgo negativo para el desarrollo de la disciplina psicopedagógica. En este sentido el único criterio que se puede consensuar, actualmente, es que la psicopedagogía es una disciplina que estudia el aprendizaje y sus dificultades, potencialmente, en cualquier contexto donde se desarrolle, por ende, desde su inicio ha estado enfocada, al igual que la educación diferencial, al déficit. Cuestión que es totalmente prejudicial para su progreso, no obstante, existen varios elementos importantísimo que se vislumbran y están formando parte, gradualmente, del cambio en la forma de ver y actuar de la psicopedagogía, que a mi parecer son los siguientes:

-Centrarse, más que en el déficit o dificultad, en la potenciación del aprendizaje, donde lo sustancial no es el problema, si no que las formas de prevenir esa dificultad, de ahí que el rol psicopedagógico, este orientado a la prevención y seguimientos de los casos que presenten dificultades en sus aprendizajes,
-La forma de entender el aprendizaje, donde lo importante es el proceso más que el producto.

Siendo bastante optimista, creo que lo descrito anteriormente son concesiones que están hechas y que al respecto existe claridad dentro de la comunidad psicopedagógica, así como también en el plano de la investigación se han hecho avances, ya que como sostiene, Sierra, Restituto
[3], que el conocimiento científico se caracteriza por poseer tres elementos: un campo de actuación, un procedimiento y un producto, por lo tanto, Domingo Bazán, dice que uno de estos elementos esta medianamente definido y efectivamente se da en la psicopedagogía, este es el procedimiento, ya que se desarrollan investigaciones en el área de la psicopedagogía y son medianamente válidas, es decir, indiscutiblemente se desarrollan investigaciones y estudios, sin embargo habría que ver que tan acertados y confiables son estos, si tenemos como dato que la mayor cantidad de investigaciones realizadas en el área, han sido hechas bajo enfoques cuantitativos, positivistas y lleno de etiquetas.

En este mismo sentido sostiene el autor que lo que está faltando son el producto (entiéndanse los conceptos propios, las bases teóricas) y campo de actuación (campos de acción definidos, hecho psicopedagógico), el cual evidentemente necesita de las bases teóricas válidas y confiables.

No obstante de lo descrito anteriormente, existen otras divergencias prácticas y teóricas que son bastante graves para la psicopedagogía y que deben ser superadas, de las cuales haremos referencia a las siguientes:

-La forma de producción y uso del conocimiento, donde actualmente, lo técnico continúa sobrepasando a lo científico,
-Las investigaciones y producciones científicas siguen siendo de carácter positivistas,
-La psicopedagogía, a diferencia de otras ciencias sociales, no ha logrado un pensar sobre el actuar, elemento de aporte para abordar el hecho psicopedagógico desde lo cualitativo; elemento opcional epistemológico fundamental para la disciplina, ya que es el elemento que le da viabilidad a ésta y que si bien es cierto no esta totalmente consensuado, en gran parte de la comunidad psicopedagógica conforma un elemento de vital importancia en la teoría y la práctica,
-No existe una identificación y opción valórica definida,
-La actuación y comprensión de la realidad siempre ha estado ligada a lo individual a lo personal-intrínseco, no obstante, la mano va por lo comunitario-social, se debe dar importancia a este ámbito externo de la realidad que circunda al individuo en su totalidad, por lo tanto, el no ser incorporado este elemento de cambio y perspectiva, la psicopedagogía jamás podrá desprenderse de su característica psicologizante de abordar dicha realidad y de la cual ha tenido bastantes críticas.

Indiscutiblemente las herramientas potenciales que tiene la disciplina psicopedagógica son tremendas, sin embargo, aún no son reflexionadas sistemáticamente, ni siquiera discutidas en serio, por la comunidad psicopedagógica.

Pareciera que todos los actores que en algún momento trataron de promover el desarrollo para esta disciplina, adquirieron el status que buscaban y se olvidaron de seguir el camino que en algún momento trazaron, lo que constituye una cuestión igualmente preocupante, ya que toda ciencia o disciplina científica necesita una comunidad que desarrolle teoría, investigación, estudios; comunidad que en la psicopedagogía en Chile, no existe.

Otra de las cuestiones que causan bastante alarma para la psicopedagogía actualmente es la visión que se tiene, con respecto a la continuidad de la carrera de psicopedagogía como una profesión de pregrado, ya que en este sentido se puede vislumbrar un panorama bastante incierto, por el hecho que esta profesión sea impartida como una profesión de postitulo, asunto que es inaceptable y que debe ser prontamente corregido.

De igual forma es tremendamente preocupante quien o quienes están dirigiendo el futuro de esta profesión. En este sentido es inadmisible que existan educador(a)s diferenciales, psicólogo(a)s, educadoras de párvulo, ejerciendo como directivos de la carrera, impartiendo docencia de especialidad, definiendo el perfil del psicopedagogo(a), ya que es deber y responsabilidad de los propios psicopedagogos, establecer quienes son, que es lo que quieren y hacia donde van.

[1] Haremos referencia a las limitaciones socio-política de la psicopedagogía, a la falta de una postura clara y definida frente a los hechos sociales, en los cuales el psicopedagogo debiera tener un rol mas activo, asimismo a la ausencia de organización, que se “encargue de promover la racionalización, desarrollo y protección de las actividades que le son comunes”. Artículo 1° Ley 19.806. Normas sobre Asociaciones Gremiales. Congreso Nacional. 2002. Asimismo el no reconocimiento legal del profesional psicopedagogo, como profesional de la Educación. Ley 19.070. Artículo N° 2. Es una tarea que se debe asumir con el fin de revertirla, ya que debemos entender por “Profesionales de la Educación” un término no exclusivo de los docentes, ya que bajo este concepto debieran considerarse todos los agentes que participen en el proceso educativo y no solo aquellos que impartan enseñanza, si no, a todos los desarrollen el proceso de enseñanza-aprendizaje por completo, como es el caso del profesional psicopedagogo.
[2] “La estructura de las revoluciones científicas”. Thomas Kuhn.ed FCE, México, 1972.
[3] Citado por Bazán C, Domingo en “Sobre el autocuestionamiento y la epistemologización de la psicopedagogía”. “Desafíos y dilemas de la psicopedagogía”. Universidad Educares. Santiago, Chile, 1993.